“CORRELACIÓN ENTRE LA MOTIVACIÓN INTRÍNSECA EN LA ACTIVIDAD FÍSICA DEL NIÑO COMO RESULTADO DEL CURRÍ

Más importante que aquello establecido en el curriculum de la Educación primaria, aparece en los centros escolares una imagen inmensamente significativa, primordial y trascendental, la cual hay que tener muy en cuenta.

En estos momentos donde los docentes en Educación Física deben crear en sus alumnos unos pilares sólidos para su futuro en los llamados “hábitos saludables”, donde la actividad física diaria juega un papel fundamental, el curriculum oculto puede ofrecer unos valores inmejorables para su futura consolidación.

El continúo reciclaje del docente en la adquisición de nuevas técnicas de motivación, formas de actuar durante la realización de las clases, una actitud oportuna, ya no sólo en la ejecución de su labor en el aula, sino en su manera de actuación continúa, es una de las piezas clave para conseguir nuestros objetivos.

Equivocadamente, la mayoría de la sociedad piensa que el niño ya está lo suficientemente motivado en las clases de Educación física, sin embargo la idea errónea de asociar la asignatura simplemente con el deporte la convierte en una percepción incompleta. Hay que considerar también, que un gran porcentaje de niños se sienten mal practicando algún tipo de actividad física en sí.

La condición física del alumno, su aspecto físico (donde se puede incluir unos de los grandes problemas existentes en edades precoces como es la obesidad infantil), sumado al comportamiento despectivo de algunos de sus compañeros e incluso profesores, hace que en muchos casos piensen que no están dotados para ello y lleguen hasta el punto de odiar la actividad física. Además, pueden surgir problemas mucho mayores como puede ser el fracaso escolar o bajo rendimiento académico debido a trastornos depresivos que pueden provocar en el futuro conductas suicidas sino son identificadas y tratadas a tiempo.

La figura del docente en Educación física es clave para intentar prevenir este tipo de problemas y generar la autoestima suficiente para poder evitarlo. Así pues, se intuye que se puede inculcar con nuestros actos, mucho más que con nuestras palabras, un camino correcto hacia unos valores adecuados y un apropiado uso de nuestro cuerpo. No debemos olvidar que la obesidad infantil es una de las lacras de la actualidad.

De este modo los docentes deben estar preparados no solo académicamente, sino deben ser conscientes que tienen que recibir a unas generaciones que son el futuro de nuestra sociedad y sus actos se verán evidenciados en el mañana.

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